ISBN: 978-607-9109-98-1
ISBN eBook: 978-607-9109-99-8
El culto religioso ha cedido paso a una nueva fe,
en la que los sacerdotes emergen desde una cavidad subterránea
y ofician con el pie.
José Luis Sampedro
La escritura es como jugar futbol, puedes cascarear o puedes ejercitarte como un profesional aunque no vayas al mundial. En ambos casos es necesria la determinación, el enfoque por conseguir la meta (en este caso, el gol o cerrar el cuento que asombre, que deje al lector con un gusto en el paladar). Lo más importante es el goce por el oficio, correr la cancha, enfrentarte al oponente, cumplir tu rol dentro del equipo.


¿Cómo se traduce esto en la escritura? Teniendo algo que contar y buscar compartirlo; conocer al posible lector (cada lector tiene sus manías y exigencias) y asumir qué tipo de narrador eres. Ser coherente, tanto en la cancha como en el papel. Pero, no todo es gloria ni optimismo; para crecer en estos oficios es fundamental la disciplina, sí, ésa que te obliga a sudar las penas, a soportar el dolor de los músculos, a enfrentarte a tus propios monstruos.
Ambos oficios domina aquí Rodrigo Méndez. Lo vemos desde la estructura del mismo libro; él acompaña a los que saben del futbol haciéndoles guiños de aficionados.
Pero más que nada, lleva de la mano a los villamelones, los introduce al mundo literario del futbol aún cuando no sepas nada de éste… Aunque en un país como el nuestro… ¿quién no sabe un poco del tema? Al igual que quien sufre viendo un partido o quien goza con el gol esperado, o bien, quien reclama al árbitro aunque éste no te escuche a través de tu televisor, así, el lector de Los pequeños cuentos del balón acompañará a estos amantes del futbol y vivirá junto con ellos la frustración, el deseo y la vida misma de quienes han experimentado, aunque sea desde lejos, la pasión por este deporte.






